domingo, 27 de septiembre de 2009

Noches en Brooklyn

Si la ciudad no duerme nosotros tampoco.

Hoy quiero hablaros de las noches que hemos pasado en Brooklyn. Solo llevamos 3 semanas aquí pero hemos pasado muchas noches allí. Como diria Sabina, 19 días y 500 noches….

Mas concretamente hemos estado en Williamsburg. Para aquellos que no lo conozcan es un barrio que podríamos considerar como el Soho de Brooklyn. Se ha puesto de moda entre los jóvenes y artistas. Los alquileres en Manhattan son exageradamente caros y la gente se está mudando hacia allí. Se respira un ambiente joven, alternativo y familiar.

Nuestra primera visita fue en la inauguración del “Mercat negre”, un restaurante catalán que ha abierto su segundo negocio en la ciudad. Estuvimos en la terraza comiendo paella, pa amb tomàquet, bebiendo vino del Priorat y despidiéndonos de otros exquisitos platos que estaremos algun tiempo sin comer. Alli recibimos la visita de Álex y David, dos peruanos locos pero que les estamos cogiendo mucho cariño. A Álex ya le conocí el año pasado cuando salí con mi primo que vivia en la ciudad.

La segunda ocasión la tuvimos dos días más tarde. La prima de Alba, Carlotta, tiene unos amigos que organizaban una fiesta en la terraza de su casa para presentar su nueva linea de camisetas (son diseñadores) y fuimos a disfrutar de una de las últimas noches de buen tiempo en la ciudad.

Después de estas dos noches con Álex, David, Carlotta y sus amigos conocí a la dupla “Willy & Carmelo”. Os haré una buena introducción de ellos porque supongo que saldrán más de una vez en este blog. Willy y Carmelo son un asturiano y un sevillano que se fueron a las américas a probar suerte en el negocio de la publicidad. Estuvieron un tiempo en Miami y les surgió la oportunidad de venir aquí y no la desaprovecharon. Viven en Williamsburg y trabajan en una importante agencia situada en Manhattan. Han hecho un buen grupo de amigos aquí y son un amor de gente! Contacté con ellos gracias a un amigo de Madrid y nos han ayudado mucho en nuestra adaptación nocturna los primeros días en NY. Les tenemos mucho cariño.

Les hice una visita a la agencia la primera semana de estar aquí y me sorprendieron desde el primer momento. No esperaba que la tercera frase que me dijeran fuera –Queréis salir con nosotros esta noche? Vamos a una fiesta en casa de unos amigos.

Y eso hicimos. Dos horas después ya estábamos en una casita de Brooklyn con un gran jardín, conocido por todos como “el jardín del Edén”, compartiendo experiencias y ron con buena gente. Luego fuimos al “Union Pool”, un bar gigante con una terraza enorme situado cerca de la casa.

A la semana siguiente llegó el momento surrealista pero también la mejor noche que hemos vivido hasta el momento en la ciudad. Fuimos a casa de Carmelo, donde conocimos a Thomas y Emilio. Todos juntos fuimos hasta el lugar donde había una fiesta organizada por un grupo de gente que tienen muy buena fama en la organización de cosas así. La simpatía de Carmelo hizo que el portero nos diera pases gratis para la fiesta (habían coincidido en la grabación de algún spot) y nos metieron a todos en una especie de furgo que nos llevó hasta un descampado perdido en la nada. Pensábamos que allí nos sacarían todos los órganos y los venderian en el mercado negro pero no. Allí había un barco amarrado y dentro una fiesta ambientada en los años 30. Música en directo, buena compañía y algo diferente, eso es lo que encontramos allí. Según nos contaron aquel barco era de un chico que había alquilado los camarotes a sus colegas y vivían allí. Es un barco grande, de tres pisos, donde cabe muchisima gente. Según nos contó Carmelo el barco no tiene motor por lo que si quieren cambiar de sitio alguien les tiene que arrastrar, así que el dinero de la fiesta sería destinado a comprar uno. Lo pasamos genial ese día. Como podéis ver no puedo evitar acabar la fiesta en El Barco!

La última noche en Brooklyn fue antes de ayer. Mateo y Borja (los inquilinos de la casa del Jardín del Edén) dejan la ciudad e hicieron una fiesta de despedida en su casa, again. Había muchísima gente, música y (como ya viene siendo habitual en estas noches) muy buena compañía! Estuvimos allí hasta que empezamos a molestar a los vecinos y nos desplazamos a nuestro ya querido Union Pool. Cuando cerraron las puertas volvimos a Manhattan…

El barrio de Williamsburg y la gente que lo habita consigue que allí nos sintamos como en casa. Así que seguiremos pasando los días en Manhattan y las noches en Brooklyn.


L.